La Ex Hacienda de Guadalupe en Tlapala: Un Viaje al Pasado

La Candelaria Tlapala, un antiguo y encantador pueblo cuyo nombre se traduce como «Junto al Color Rojo«, honra una profunda conexión con la rica mitología mesoamericana.

El color rojo hace referencia a Tlatlauquí Tezcatlipoca, el dios del panteón prehispánico, Tlapala, una parte mítica de los Nononualcas, se distingue no solo por su herencia cultural, sino también por su papel destacado en la historia del mariachi.

Aquí, en este pueblo que se enorgullece de ser la «capital del mariachi«, se encuentra la majestuosa Ex Hacienda de Guadalupe, una de las haciendas más antiguas de la región, este lugar es testigo del entrelazado de la historia, la tradición y la música que define a Tlapala.

Hoy tuvimos la oportunidad de visitar la Ex Hacienda de Guadalupe en Tlapala, Chalco, Estado de México, y la experiencia fue profundamente emotiva, desde el momento en que nos plantamos frente a la puerta principal, nos invadió una mezcla de asombro y nostalgia, la hacienda, un testimonio de tiempos pasados, nos recibió con un aire de misterio y solemnidad.

La Exhacienda de Guadalupe fue establecida a mediados del siglo XVIII en el municipio de Chalco, una región conocida por su fértil suelo y su importancia agrícola, originalmente, la hacienda se dedicó a la producción de maiz, trigo y cebada cultivos clave en la economía regional durante esa época.

Su ubicación estratégica también fue influenciada por la llegada del tren en la ruta San Rafael Atlixco, que conectaba la región con otras partes importantes del país y facilitaba el transporte de productos agrícolas.

Antes de llegar a la puerta principal, dimos un paseo alrededor del perímetro de la hacienda, la primera impresión fue la de grandeza en ruinas.

Los grandes paredones, sostenidos por robustos contrafuertes, fueron construidos con una combinación de adobe, piedras y tabique, elementos que una vez dieron testimonio de la solidez y elegancia de la construcción, algunas paredes ya reparadas, están recubiertas con mortero y cal, aunque el paso del tiempo ha dejado su marca en cada rincón.

Los muros altos, que en su momento seguramente fueron imponentes, ahora se encuentran deteriorados, como si esperaran su inevitable final, la barda que rodea la hacienda abarca una extensión considerable, que contrasta marcadamente con el nuevo fraccionamiento habitacional que ha surgido en sus alrededores. la Ex Hacienda de Guadalupe parece un fantasma atrapado entre el pasado y el presente.

Al acercarnos, notamos que las puertas y ventanas de madera, que una vez formaron parte de la hacienda, han sido robadas, algunas puertas y algunos techos han sido reemplazadas por metalicos, una modificación que añade un toque de modernidad a la antigüedad del lugar, pero que también refleja el abandono y la transformación que ha sufrido la hacienda a lo largo de los años. Los portones principales e imponetes es sus mejores años de existencia ya no existe, han sido botin de los bandidos.

Al ingresar a la hacienda, encontramos un patio amplio que probablemente sirvió como el centro de reunión para los habitantes en épocas anteriores, el piso de piedra aún mantiene vestigios de su antiguo esplendor, a pesar del desgaste.

En el segundo piso, descubrimos una habitación espaciosa que, sin lugar a dudas, sirvió como el dormitorio del hacendado, el tamaño y la ubicación de esta habitación nos dieron una idea de la importancia y el estatus que tenía su propietario en la sociedad de aquella época.

Desde este punto, se despliega ante la vista la magnitud imponente de este inmueble histórico, que se erige como un testimonio del esplendor de épocas pasadas, en el horizonte arquitectónico, destaca con particular interés la capilla vieja, cuyas paredes deterioradas y ruinosas evocan un pasado glorioso y majestuoso, la capilla, aunque desgastada por el tiempo y el abandono, conserva una belleza intrínseca que resalta la grandiosidad de su diseño original.

En el centro del patio se encuentra como mencionamos mas arriba una Capilla con una Fachada Encantadora, aunque lamentablemente también se encuentra en mal estado. la capilla, con su diseño arquitectónico, representa un aspecto significativo de la vida religiosa y cultural de la hacienda.

Cada detalle, desde los arcos semidestruidos hasta las piedras desgastadas por el paso de los años, narra la historia de un lugar que una vez fue el corazón espiritual y cultural de la comunidad, y ahora, a pesar de su estado de deterioro, sigue siendo un monumento impresionante y evocador de un legado antiguo.

Del lado derecho de la capilla, descubrimos un corredor que lleva a cuartos que, sorprendentemente, se encuentran en mejor estado que otras partes de la hacienda, estos cuartos bien conservados nos dieron una visión de cómo podría haber sido la vida diaria en la hacienda.

Creemos que estos edificios auxiliares funcionaban como almacenes y viviendas para los trabajadores, su estructura simple y funcional sugiere un propósito práctico, brindando espacio tanto para el almacenamiento de materiales como para el alojamiento del personal.

Al Visitar Tlapala, me di cuenta de que este lugar es el corazón vibrante del mariachi en el Estado de México, con orgullo se autodenomina la auténtica «Capital del Mariachi«.

Hablando con los oriundos del lugar nos comentaron que: Bardomiano Cadena Hernández, es uno de los pioneros de este genero musical y que formó el primer grupo ranchero en la región, entendí que el mariachi no solo define la identidad cultural de Tlapala, sino que también juega un papel crucial en la economía de alrededor del 65% de las familias locales.

Se nos conto que ellos le dieron una cálida bienvenida al Papa Juan Pablo II en Valle de Chalco, cuando este visito México, ya hace varios años.

Para mí, el Mariachi en Tlapala no es solo música; es el alma de la comunidad y un símbolo profundo de orgullo y unidad que resuena a través del tiempo y la historia.

La Ex Hacienda de Guadalupe en Tlapala es un lugar que nos conecta con el pasado, un sitio donde la historia y la modernidad se entrelazan de una manera única, aunque el lugar está deteriorado y en gran parte olvidado, sigue siendo un símbolo de la rica herencia histórica y cultural de la región.

La visita nos dejó una profunda apreciación por la historia y el legado que estas estructuras representan, así como un deseo de preservar y valorar estos tesoros del pasado.

Distrito Federal:

En Transporte Particular.-Tomar Puerto Aéreo y de ahí incorporarse a la  Av. Ignacio Zaragoza, continuar por autopista 190 hasta Chalco y a unos 3 kilómetros se encuentra Tlapala.

En Transporte Público.-  Encontrándote en metro Pantitlan u Observatorio dirigirte hacia el metro San Lázaro, en la estación de autobuses TAPO  abordar el camión Cardenal, el cual llega a San Rafael y pasa por La Candelaria Tlapala

Toluca:

En Transporte Particular.- Tomar  Av. Tollocan  hacia la Marquesa, entrar al D.F, por constituyentes, incorporarse a Periférico y Viaducto Miguel Alemán, esta te sacara hasta la Av. Ignacio Zaragoza, continuar por autopista 190 hasta Chalco y a unos 3 kilómetros se encuentra Tlapala.

En Transporte Público.-  Encontrándote en metro Pantitlan u Observatorio dirigirte hacia el metro San Lázaro, en la estación de autobuses TAPO  abordar el camión Cardenal, el cual llega a San Rafael y pasa por La La Candelaria Tlapala

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