San Pedro Actopan: El Corazón del Mole Mexicano

Hay lugares en México que no solo tienen sabor, sino alma, San Pedro Actopan, ubicado en la alcaldía Milpa Alta de la Ciudad de México, es uno de esos rincones únicos donde la historia, la cultura y la gastronomía se fusionan en un solo espacio.

San Pedro Actopan

Reconocido por ser el epicentro del mole en la capital, este pintoresco pueblo no solo produce el 89% del mole consumido en la ciudad, sino que ofrece una experiencia cultural y culinaria profundamente auténtica.

Mi visita comenzó temprano, alrededor de las 8:00 a.m., saliendo desde Chalco}, atravesar las delegaciones de Tláhuac y Milpa Alta es un trayecto que ya anticipa el cambio de ritmo: pasas del bullicio urbano al aire más tranquilo y montañoso de esta zona del sur de la capital. Llegamos un jueves, día ideal para explorar con calma, lejos del ajetreo de los fines de semana o de la famosa Feria del Mole.

Cada año, en octubre, San Pedro Atocpan celebra la Feria Nacional del Mole, de los días 4 al 27

Este viaje reveló no solo los sabores de un platillo insignia de la cocina mexicana, sino también la calidez de su gente, el trabajo artesanal detrás de cada ingrediente, y la herencia cultural viva que convierte a San Pedro Actopan en mucho más que un destino turístico.

San Pedro Actopan tiene una historia que se remonta a la época prehispánica, su nombre proviene del náhuatl y puede interpretarse como “lugar sobre tierra elevada” o “tierra sobre el agua”. Este asentamiento, antes de la llegada de los españoles, fue parte del señorío de Culhuacán, y sus raíces indígenas aún se perciben en su arquitectura, en su lengua y, por supuesto, en su gastronomía.

Con la llegada de los frailes franciscanos se fundó el convento y la iglesia dedicados a San Pedro Apóstol, el santo patrono del pueblo, esta iglesia, ubicada justo en el centro, sigue siendo uno de los puntos más emblemáticos para los visitantes.

Durante nuestra visita, no dejamos pasar la oportunidad de recorrer el atrio y contemplar la arquitectura virreinal, al mismo tiempo que disfrutábamos de un delicioso helado artesanal bajo la sombra de los árboles del zócalo.

Caminar por sus calles es como retroceder en el tiempo, con casas de fachadas coloniales, pequeños altares en las esquinas y tiendas familiares que han sobrevivido por generaciones, cada rincón tiene una historia y un sentido de pertenencia profundo.

San Pedro Actopan no es solo famoso por el mole, es el lugar donde el mole tiene su centro de producción más importante en la Ciudad de México, en sus calles encuentras una infinidad de locales, cada uno con su propia receta, secretos familiares y combinaciones de ingredientes únicos; en esta comunidad, el mole no es un platillo más: es una tradición que se honra con dedicación, orgullo y pasión.

En nuestra visita, quedé maravillado por la variedad: mole almendrado, picoso, dulce, apiñonado, con ajonjolí, con chocolate más amargo, con clavo o sin canela, etc; cada local parecía tener su propia identidad. Lo más interesante fue que la mayoría de los comerciantes no solo vendían, sino que ofrecían degustaciones completas. Caminamos por la calle principal y en cada tienda nos ofrecían probar diferentes variedades de mole, como si se tratara de una feria permanente.

En uno de estos locales (Moles Supremos), conocimos a la dueña que nos compartió su historia; nos contó cómo había llevado su mole a diferentes partes de la república, y cómo, con esfuerzo, promociona su producto en mercados de otros estados.

Según ella, su mole era el mejor de Actopan, una afirmación que escuchamos con frecuencia, pero que nunca nos cansamos de probar, compramos cinco kilogramos de mole dulce, un favorito en nuestra familia, y también aprovechamos para adquirir algunas especias: chiles secos (chilaca, guajillo, chipotle, morita), pimienta, clavo, cacahuate, piñón, pinole… en fin, una despensa entera de aromas.

Aunque fuimos en un día tranquilo, es imposible no hablar de la Feria Nacional del Mole, que se celebra cada octubre. es el evento más importante del pueblo, donde miles de visitantes llegan a probar moles de todo México, participar en actividades culturales y ver demostraciones culinarias.

Durante esta feria, los locales se transforman en puestos de comida, se instalan escenarios con música en vivo, danzas folclóricas y se organizan concursos. La feria no solo promueve el mole local, sino que permite a cocineras tradicionales de todo el país exhibir sus estilos: mole poblano, negro de Oaxaca, rojo del sur de Veracruz… todo en un mismo lugar.

Si planeas visitar el pueblo, hacerlo durante la feria es una experiencia intensa y colorida, aunque también vale la pena explorar en días como el nuestro, en los que puedes caminar con calma, charlar con los comerciantes y tener una experiencia más personal.

Qué Ver y que Hacer en San Pedro Actopan

Más allá del mole, San Pedro Actopan tiene muchos encantos, su centro es pequeño, pero muy pintoresco, aqui te dejamos algunos de los lugares turísticos:

1.- La iglesia de San Pedro Apóstol es una joya arquitectónica de 1680 Claro, al pasar por el arco de acceso, me llamó la atención ver caras de ángeles y otros detalles decorativos. En el centro del arco, está el escudo franciscano y, justo encima, el año de finalización de la construcción 1777.

2.- La Plaza San Martín, también conocida como la Plaza Principal, no se encuentra en el centro del pueblo, sino al borde del camino desde Milpa Alta, cuenta con un kiosco y rodeado de tiendas, puestos de comida y familias paseando, es ideal para sentarse un rato, tomar un café o un helado y observar la vida cotidiana del pueblo.

3.- La imagen más devota en Atocpan es la del Señor de las Misericordias. En la iglesia, la nave principal se destaca por sus vitrales coloridos en los muros laterales, en el altar mayor se puede admirar una figura de un Cristo negro, tallada en caña de maíz, que data del siglo XV

Después de disfrutar nuestro almuerzo —un delicioso mole con pollo acompañado de tortillas recién hechas y un litro de pulque— caminamos por los alrededores y nos topamos con músicos callejeros, tienditas con artesanías y hasta una pequeña galería de arte comunitaria.

El turismo en San Pedro Actopan aún tiene ese toque local que lo hace auténtico, no encontrarás grandes cadenas ni multitudes de turistas extranjeros, sino más bien familias mexicanas explorando sus raíces, es un lugar perfecto para conectarse con la gastronomía, la historia y la comunidad.

Experiencia en los Locales de Mole: Variedad y Degustación

Una de las cosas que más disfrutamos fue la posibilidad de entrar a diferentes tiendas y probar moles sin compromiso, cada local ofrecía su versión, y no era raro escuchar debates entre vendedores sobre qué tipo de mole era más representativo del pueblo.

«Mole» proviene del náhuatl molli o mulli , que hace referencia a una variedad de salsas hechas a base de chiles y especias.

En un local especializado, además del mole, encontramos una gama impresionante de ingredientes usados en su preparación. Había sacos de semillas, especias y chiles cuidadosamente seleccionados, fue ahí donde nos sorprendió la diversidad: no solo en sabores, sino también en formas de presentación (pasta, polvo, con más o menos grasa, para diluir en caldo o para cocinar con leche).

Muchos de estos comerciantes se mostraron no solo amables, sino orgullosos de su herencia culinaria, algunos ofrecían envíos a toda la república, y otros compartían recetas familiares; cada conversación se convertía en una lección de cultura viva.

Llegar a San Pedro Actopan desde el este de la CDMX o el Estado de México (como Chalco, de donde partimos nosotros) implica cruzar Tláhuac y Milpa Alta. El camino es pintoresco, con vistas al campo y a las lagunas, pequeños poblados y tramos de carretera libre que te conectan con la esencia rural de la capital.

Para quienes vienen desde el centro o poniente, lo más práctico es tomar la carretera Xochimilco-Oaxtepec o salir por el Periférico Sur hacia el sur-oriente.

Recomendaciones clave:

  • Si buscas tranquilidad, ve entre semana.
  • Lleva efectivo: pocos locales aceptan tarjeta.
  • Llega temprano para aprovechar el día.
  • No te vayas sin probar el pulque local.
  • No temas preguntar: la mayoría de los comerciantes están encantados de contarte su historia.

San Pedro Actopan representa algo más que un lugar donde se vende mole: es el epicentro de una tradición milenaria, visitarlo es rendir homenaje a generaciones de cocineras, comerciantes y familias que han hecho del mole un símbolo nacional.

Pocas experiencias gastronómicas en México se sienten tan auténticas como recorrer sus calles, probar diferentes tipos de mole y conversar con quienes los preparan, la combinación de historia, sabor y humanidad es difícil de igualar.

Nuestra visita, desde la salida temprano hasta el regreso al atardecer, fue una inmersión total en el corazón culinario del país. No solo regresamos con mole y especias, sino con historias, sonrisas y un recuerdo que queda impregnado en los sentidos. San Pedro Actopan no solo se visita, se saborea, se escucha, se camina y se vive. Y una vez que lo conoces, es difícil no querer vo

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